La Agencia Española de Protección de Datos ha anunciado que “las Autoridades europeas de protección de datos han recibido confirmación de que WhatsApp no ha iniciado ningún intercambio de información de las cuentas de usuarios de la UE con Facebook para que la compañía los utilice con el fin de mejorar los productos de la red social y las experiencias de los publicitarias de los usuarios, incluyendo a aquellos que aceptaron que dicha información se compartiera con Facebook con tales fines. Asimismo, WhatsApp no iniciará tal intercambio con Facebook hasta que haya tenido la oportunidad de abordar las preguntas y preocupaciones que se han planteado”.

Así responde WhatsApp a la carta enviada el pasado mes de octubre por las Autoridades europeas de protección de datos, a través de la cual, manifestaban a la compañía su preocupación por la actualización de los términos de servicio y la política de privacidad llevados a cabo en agosto, al tiempo que instaban a WhatsApp a facilitar toda la información disponible y a no seguir adelante con el intercambio de datos de los usuarios, hasta que se confirmara que ofrece las suficientes garantías legales.

Es decir, no es que WhatsApp no vaya a compartir los datos de sus usuarios, sino que se ha limitado a comunicar que todavía no ha comenzado a hacerlo, que es muy distinto.

A nosotros no nos cabe duda que ese volcado de datos se llevará a efecto, entre otras cosas, porque el objeto principal por el que Facebook se hizo con WhatsApp fue, precisamente, el poder acceder a la información de un servicio utilizado por más de mil millones de personas en todo el mundo.

Es cuestión de tiempo. Las Autoridades europeas de protección de datos exigen a Facebook garantías legales, y las tendrán. De nada importará que la información a la que tenga acceso, o el tratamiento que con posterioridad haga de la misma, sea o no pertinente. Mientras cumpla con la obligación de informar debidamente al usuario, acabará accediendo a todos sus datos.

La Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, recoge, en su art. 4.1., que “Los datos de carácter personal sólo se podrán recoger para su tratamiento, así como someterlos a dicho tratamiento, cuando sean adecuados, pertinentes y no excesivos en relación con el ámbito y las finalidades determinadas, explícitas y legítimas para las que se hayan obtenido”. Mucho nos tememos que, tal y como van las cosas en relación con el acceso y tratamiento de nuestros datos personales, este artículo acabe convirtiéndose en pieza de museo.