Blablacar, la plataforma más utilizada por los usuarios para viajar en coche compartiendo gastos, puede tener los días contados en nuestro país. Y es que la patronal del sector de autobuses, Confebus, presentó una demanda contra la start-up acusándola de competencia desleal y de operar al margen de la ley. El fallo se conocerá en los próximos días pero, en caso de que estime las pretensiones de la patronal, Blablacar no podrá operar en España, afectando con ello a los tres millones de usuarios que en nuestro país ya están acostumbrados a utilizar esta plataforma para sus desplazamientos.

Desde Consumidores en Red confiamos en que finalmente impere el sentido común y Blablacar pueda seguir operando, no solo porque su cierre sería una circunstancia inaudita, habida cuenta que ningún país de nuestro entorno tiene establecida tal prohibición. A parte del evidente perjuicio que causaría a sus usuarios, los profesionales del transporte, sencillamente, no lograrían nada y sí perderían la oportunidad de adaptarse a la realidad.

No habrá sentencia que impida el avance del fenómeno de la economía colaborativa. Por más batallas judiciales puntuales que puedan ganar los sectores profesionales afectados, la guerra está perdida de antemano. Simplemente porque resulta más verosímil poner puertas al campo que poner freno a un sector que, solo en Europa, pasó de mover 10.200 millones de euros en 2013 a 28.100 en 2015. Pero eso no es nada comparado con las previsiones, pues de aquí a diez años se espera que esa cifra se multiplique por 20, alcanzando los 570.000 millones de euros.

Va a ser mucho más práctico para todos aceptar esta nueva realidad y, desde esa aceptación, dotarnos de un marco regulatorio que no imposibilite ni restrinja la entrada de nuevos operadores impidiendo a los usuarios beneficiarse no sólo de las posibilidades que esta ofrece, sino de la repercusión que su irrupción tiene sobre la competencia.