Ayer, 30 de mayo, tuvo lugar la huelga de taxistas, que fue secundada de forma mayoritaria por el sector. Los taxistas consideran que las VTC (vehículos de alquiler con conductor), a través de plataformas como Uber o Cabify, incurren en “competencia desleal”.

Sin embargo, y desconociendo los posibles beneficios que el sector del taxi pueda obtener a medio o largo plazo en relación a sus reivindicaciones, lo cierto es que los usuarios se han lanzado en tropel al uso de estas plataformas, pues, al margen del conflicto, lo que está claro es que las necesidades de movilidad de las personas siguen siendo las mismas. Es más, la ausencia de taxis durante la jornada de ayer probablemente provocó que muchos usuarios recurrieran por primera vez a Uber o a Cabify y, si quedaron satisfechos con el servicio recibido, lo más seguro es que vuelvan a repetir. Si al hecho de ayer sumamos que el sector ha anunciado más paros a partir de julio, de entrada no se nos ocurre peor estrategia para la defensa de sus intereses. Pero esa cuestión nos es ajena, pues la defensa de esos intereses o de otros colectivos profesionales está en manos de sus respectivas asociaciones y plataformas que los representan.

Lo que no nos es ajeno es la defensa de los derechos de los usuarios que lógicamente, se ven afectados por una huelga que tiene aspectos de difícil comprensión, pues resulta cuanto menos complejo admitir que Uber o Cabify incurren en competencia desleal desde el momento en que operan con licencias otorgadas por la propia Administración.

De hecho, las redes sociales son un excelente barómetro de la opinión de los usuarios. Según Séntisis, una plataforma de análisis de redes sociales, la huelga generó 12.000 comentarios a la hora. De ellos, el taxi generó un 31% de comentarios positivos, Uber un 56% y Cabify llegó a alcanzar el 62%. Por si fuera poco, se contabilizaron más de 2.000 comentarios que expresan que nunca más volverán a coger un taxi.

Lo que sí está claro es que estas nuevas plataformas perjudican seriamente a un sector que, hasta ahora, gozaba del completo monopolio de un servicio al que, además de ser muy caro, muchos usuarios se siguen viendo obligados a recurrir porque no tienen otro remedio. Nosotros seguiremos defendiendo que los consumidores puedan elegir.